lunes, 31 de enero de 2011

¿Globalización?

LO QUE UD. VA A VER AHORA...
ES LA MAS RECIENTE NOVEDAD DE ESTE MUNDO...
ES DEL TAMAÑO DE UN GRANO DE ARROZ
Viene como una novedad "ventajosa", que eliminará cualquier necesidad de usar documento o dinero!
Ya es usado como inhibidor de secuestros por empresarios en el mundo entero.
Y Ud. lo usará, por las ventajas y por imposición...
¡HUYA DE ESO! VEA POR QUÉ...

La empresa MOTOROLA es la que está produciendo el microchip para MONDEX SMARTCARD, que desarrolló varios implantes en humanos usando el bio-chip.
TRANSPONDER ES UN SISTEMA DE ALMACENAMIENTO Y LECTURA DE INFORMACION EN UN MICROCHIP, CUYA LECTURA SE DA EN ONDAS COMO DE CONTROL REMOTO.


El bio-chip mide 7mm de largo y 0.75mm de ancho, más o menos del tamaño de un grano de arroz.

Contiene un "transponder" y una batería de Lítio recargable.
La batería es recargada por un circuito de termopar que produce una corriente eléctrica con fluctuaciones de la temperatura del cuerpo.
"MONDEX INTERNATIONAL". MEMORICE ESTE NOMBRE Y SU MARCA: Más de 250 corporaciones en 20 países están involucradas distribuyendo MONDEX al mundo y muchas naciones ya fueron "privilegiadas" para usar el sistema; entre ellas: Reino Unido, Canadá, E.U.A., Australia, Nueva Zelanda, Israel, Hong Kong, China, Indonesia, Macau, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Índia, Taiwan, Sri Lanka, Costa Rica, Guatemala, Nicaragua, Panamá, Honduras, El Salvador y Brasil.

Están siendo usados otros sistemas de SMARTCARD en favor del MONDEX, especialmente desde que MASTER CARD compró una participación del 51% apostando a la compañía.
Entonces Ud. se preguntará... Al final, ¿qué tengo que ver YO con eso?
Ellos gastaron más de 1.5 millones de dólares en estudios, sólo para saber cuál era el mejor lugar para colocar este biochip en el cuerpo humano. Ellos sólo encontraron dos lugares satisfactorios y eficientes - la CABEZA, debajo del cuero cabelludo, y la parte detrás de la mano, específicamente la MANO DERECHA

"Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente". Apocalipsis 13:16
"Y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca, o el nombre de la bestia, o el número de su nombre"
. Apocalipsis 13:17
¿No es mucha coincidencia?

Están siendo producidos actualmente, un billón de biochips MONDEX por año, y ya estuvieron en producción durante por lo menos un año. Se descubrió que si el chip estuviese en una tarjeta, habría algunos problemas serios. El chip podría ser cortado e informaciones serían cambiadas o falsificadas. Los valores podrían ser alterados, robados o perdidos. Después de la implantación de la tarjeta, esta misma debería salir de uso dentro de algunos años (1 a 2 años, o un poco más).

En fin, el "dinero vivo" no será más seguro de aquí en más para el comercio en general. Hay una sola solución para este problema, adoptada por la empresa Motorola: el implante del biochip en la mano derecha o en la cabeza. De donde no podrá ser sacado después de realizado el implante. Si fuese extraído quirúrgicamente, la pequeña cápsula se quebraría y el individuo será contaminado por el Litio ( peligro de muerte) contenido químico en la micro batería, y luego el Sistema de Posicionamiento Global (por satélite) detectaría si fue retirada, colocando a la policía en alerta.
Para tener en cuenta:

MONDEX significa.. " dinero en la mano derecha. "
MON = monetario - perteneciente al dinero
DEX = dexter - perteneciente o localizado en la mano derecha

Y entonces, ¿lo va a tomar en serio?

Si a Ud. le interesó este mensaje, páselo al mayor número de personas que pueda,
IMAGINE A SUS PARIENTES, AMIGOS, CONOCIDOS, EN FIN, TODAS LAS PERSONAS QUE UD. CONOCE, QUE INSISTE EN MARCAR A LAS PERSONAS QUE LE SIRVEN
Ahora, Ud. que es inteligente, pero aun duda de esta información, haga lo siguiente: vaya a www.google.com.br. Busque la palabra "VERICHIP" y lea apenas algunos de los ítem incluidos allí (pida la versión traducida si Ud. no lee inglés).

Haga lo mismo con la palabra "MONDEX SMARTCARD".
Después de eso, Ud. nunca más podrá alegar ignorancia.
¡Qué Dios lo bendiga!

Como se puede apreciar, se trata de un documento que aporta datos sobre el estado de desarrollo de un proceso tecnológico en empresas actuales (Mondex, Motorola, Mastercard, etc.), y los vincula con el cumplimiento de unos versículos extraídos del libro Apocalipsis o Revelación con el que termina el denominado Nuevo Testamento.

Cualquier persona puede ampliar la información incluida en la presentación ingresando a Internet tal cual ella invita.

Entre los que hayan recibido con anterioridad el mensaje que nos ocupa y los que acaban de leerlo, habrá algunos para quienes resulte irrelevante.

Sin embargo, teniendo en cuenta que en el mundo hay alrededor de 1300 millones de personas que profesan el cristianismo, y existiendo la posibilidad de que algún porcentaje de ellas haya accedido a este texto y se encuentre preocupada por el presunto cumplimiento de una profecía, me parece oportuno brindar mi humilde aporte en procura de llevarle tranquilidad a su corazón.
Ante todo, y esperanzado en que esto no suscite ningún prejuicio sobre lo que expondré, dejo aclarado que no profeso ninguna religión, tampoco el cristianismo.

No es difícil comprender que el desarrollo tecnológico permitirá en breve instalar en cualquier parte de nuestro cuerpo (manos, cabeza o donde fuera) un pequeño dispositivo electrónico portador de toda la información necesaria para identificarnos plenamente.

Complementándolo, imaginemos un aparato lector de ese micro chip instalado en el hogar, la oficina, los mercados, los bancos, los organismos oficiales... en todo lugar.

Así las cosas, es evidente que, teniendo grabado en este dispositivo nuestros datos (foto, árbol genealógico, cuentas bancarias, antecedentes laborales, penales, identificadores impositivos, seguros, ficha médica, genética, etc.), podremos acceder desde cualquier sitio donde nos encontremos a los beneficios y obligaciones que hoy efectuamos mediante: documentos de identidad, tarjetas, licencias, constancias y demás.

Por sí solo, despojado esto de cualquier connotación profética, podemos asegurar que es alarmante. Y mucho.

Yo he pensado atemorizado que nuestros hijos, seguramente en un futuro próximo, tendrán la obligación de permitir que les instalen esa tecnología en su cuerpo.

Ante eso nos preguntamos: ¿Quién o quiénes asegurarán a la población mundial que ese mismo dispositivo no sea utilizado para dirigir de manera directa el comportamiento de las mayorías?.
Sí, es verdad, esta influencia ya se ejerce desde hace tiempo de manera poco visible mediante publicidad, noticias, etc. Pero estamos hablando de algo más poderoso.

Ello nos parece tan terriblemente perturbador como el peor de los vaticinios que pudieran darse.
Es indudable que nos encontramos a pocos pasos de que los estados tengan pleno control sobre sus pobladores: Sabrán quiénes son, cómo son, qué tienen, dónde están.

Como todos los relevantes avances industriales o tecnológicos ocurridos en el pasado, la incorporación de este micro chip implicará también grandes cambios en todo el planeta. Pero, me permito presumir, de una mayor profundidad.

Poco a poco, la mismísima intimidad podría pasar a ser algo que tenían nuestros abuelos.
Estas implicancias son amedrentadoras. No es necesario agregarle a este panorama una visión apocalíptica.

En lugar de esto, será bueno para todos aquellos que creen en DIOS y para todos los que no, trabajar unidos construyendo un planeta Tierra donde el amor a la Verdad y a la Justicia sea la herramienta que diseñe un digno futuro común.
Hasta aquí el rápido análisis del material que nos ocupa en lo atinente a su faz estrictamente terrenal.

Veamos ahora el aspecto tocante a la vinculación de este hecho con las profecías extractadas del Apocalipsis.

Recordaré los dos versículos mencionados en el texto y agregaré el que les sigue:
"Además, hizo que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, les pusieran una marca en la mano derecha o en la frente". Apocalipsis 13:16
"Y nadie podía comprar ni vender, si no tenía la marca o el nombre del monstruo, o el número de su nombre". Apocalipsis 13:17
"Aquí se verá la sabiduría; el que entienda, calcule el número del monstruo, que es un número de hombre. Ese número es el seiscientos sesenta y seis". Apocalipsis 13:18
Más arriba hice referencia a un texto publicado en un portal bajo el titulo "Mondex y el 666". Uno de sus párrafos dice: "Estos chips pueden tener 34 billones de combinaciones únicas de códigos de identificación individual, más que suficiente para permitir asignar un código único a cada ser humano sobre la Tierra, utilizando tres entradas de seis cifras (666)".
Esto alude al número de la bestia de Apocalipsis 13:18, por ello lo agregué.

Desde luego, uno lee eso y concluye que, aparentemente, ya encontramos tres posibles coincidencias entre la realidad y los versículos proféticos: "marca en la mano derecha o frente", imposibilidad de "comprar o vender si no tiene la marca" y "un código que utiliza tres entradas de seis cifras".

Sobre esto hay varias reseñas en el otro portal mencionado (Antes del fin).
Respetando el criterio de los lectores cristianos sobre la interpretación de los tres versículos del Apocalipsis, permítaseme exponer el propio.

Si al analizarlo decimos o creemos que se está refiriendo al tiempo actual, y más aún si lo consideramos fruto de transmisión divina, debería ajustarse lo más plenamente posible a nuestra realidad.

El versículo 16 nos dice que a la gente se le pone una "marca" en el cuerpo.
Para el propio redactor del libro como para quien en ese momento lo leyese no hay posibilidad de otra interpretación más que el que se trate de lo que el diccionario define como "señal hecha en una persona, animal o cosa, para distinguirla de otra o denotar calidad o pertenencia".
Podría citar como ejemplo un sello a fuego sobre la mano o la frente de un sujeto, o una cicatriz provocada con forma predefinida, o un signo específico con pintura indeleble.
En todos los casos tendría que ser "una marca" o sea una señal que cualquiera puede ver. Pongamos por caso a los judíos en la Alemania nazi "marcados" con una estrella de color amarillo.
Obsérvese que esto de "denotar pertenencia" de que nos habla la definición de "marca" está muy de acuerdo con el contexto dado que estaría aludiendo a que "los marcados" muestran públicamente su "pertenencia a la bestia".

Ahora bien, una de las características del micro chip que nos ocupa es su tendencia a la "invisibilidad". Se acentúa, precisamente, su pequeñez: "es del tamaño de un grano de arroz", "mide 7mm de largo y 0,75 mm de ancho". Su colocación "dentro de la mano" o "debajo del cuero cabelludo" (si sólo existieses esas únicas opciones), lo torna "invisible".
Siendo así, ¿se puede hablar de una "marca"?.

Sinceramente, nadie podría ver diferencia alguna entre millones injertados con este chip y millones sin él.

La "marca de la bestia" no estaría siendo algo visible.
A esto sumémosle que no sólo se trata de la "marca". También puede ser "su nombre" o "el número de su nombre".

Con esta aclaración el redactor de Revelación nos dice que hay tres opciones igualmente nocivas: tener la marca "o" el nombre del monstruo "o" el número de su nombre. El "o" es excluyente como lo sería cuando decimos: vida "o" muerte, esto "o" aquello.
El asunto excede al tema de tener la marca. Si ella no está, sigue el riesgo si tenemos el nombre "o" el número.

Ya podemos ver que para servir a la "bestia" del Apocalipsis, hay varias formas de servidumbre.
Este tema nos lleva al famoso 666.

Se trata de un número que esconde o hace referencia a un nombre y viceversa: "o el nombre del monstruo o el número de su nombre".

Dicho de otro modo: el número resulta ser un elemento a decodificar que oculta un nombre; del mismo modo que el nombre (según la lengua con que se exponga) implica ese número.
Alguno leen el 666 de modo separado (seis, seis, seis) y no como está escrito (seiscientos sesenta y seis).

De esto sobreviene el error de imaginar que "un código único a cada ser humano sobre la Tierra, utilizando tres entradas de seis cifras" es una clara alusión al 666. No es así.

El escrito refiere al número completo no a sus partes: seiscientos sesenta y seis es la forma correcta de leerlo.
Debo comentar aquí que algunos manuscritos antiguos en lugar del 666 mencionan el 616. Desde luego no son la mayoría por lo que se considera un error de transcripción.
Sería propicio plantearse que se podría alegar si el 616 fuera el correcto.
Pero sigamos con el 666.

En la Biblia de Estudio llamada Dios habla hoy, editada por las Sociedades Bíblicas Unidas, dice: "Seiscientos sesenta y seis; unos pocos manuscritos dicen seiscientos dieciséis. Es probable que con este número el autor hiciera referencia a un nombre concreto, conocido también de los primeros lectores. No es claro sin embargo el significado de este número".

Si consultamos la cita que al respecto se encuentra en la versión católica de la Biblia conocida como Nácar-Colunga, leemos: "El nombre de la bestia está escrito en cifras cuyo valor es 666, según algunos manuscritos 616. Estas cifras están representadas por letras, que no sabemos si estarán tomas del alfabeto griego o del hebreo, puesto que el autor quiere aquí envolver en el misterio el nombre de la bestia. Por esto son muchos los nombres que se han propuesto, y todos convienen en designar a Roma, al César o a un emperador en particular, por ejemplo Nerón"

¿Por qué será que algunos estudiosos sostienen que se está haciendo referencia a un soberano de la antigua Roma, un César?.

La respuesta a este punto la encontramos al recordar que el Apocalipsis se estima fue escrito en tiempos del emperador Domiciano (años 81 al 96), quien sería el responsable del destierro de su redactor "Juan, vuestro hermano... en la isla de Patmos" (Apocalipsis 1:9).
Domiciano, adoptó para sí el título de "señor y dios" (dominus et deus), algo que cualquier cristiano de esa época consideraría un hecho repugnante. También los persiguió. Pero no fue el primero que lo hizo. Nerón es el primer emperador que, luego de culparlos de incendiar Roma, inició su persecución.

Por esto, sin duda el nombre de "Nerón" es una "marca" notoria en la memoria de los primeros cristianos.

Y este es el nombre que escrito en hebreo (lengua en la cual cada consonante tiene un valor determinado) y sumados luego los valores de las letras, daría por resultado: seiscientos sesenta y seis.

De este modo el nombre de la bestia sería "Nerón" y su número el 666.
Como bien señala un portal español que, quién sabrá porqué, trata este tema, Alt64, (www.inicia.es/de/alt64/articulo/666.htm) no debemos olvidar que los primeros cristianos eran una secta judía.

Miramos desde nuestro presente cosas que son del pasado y de ese modo tenemos una visión que no coincide con la que tenían aquellas personas.
Los primeros cristianos no eran los de hoy. Eran una escisión del judaísmo. Eran otra forma de ser judíos. Recuérdese sus primeras disputas sobre si incorporar o no a los llamados gentiles, los no judíos.

Si tenemos esto presente podemos comprender que las palabras del redactor del Apocalipsis cuando dice en 13:18: "Aquí se verá la sabiduría; el que entienda, calcule el número del monstruo, que es un número de hombre. Ese número es el seiscientos sesenta y seis", apuntan a entregar a sus lectores (judíos), de manera codificada, como era costumbre en la literatura apocalíptica hebrea de la época, el nombre de la persona o del "diabólico modelo de persona" que un cristiano podía imaginar sin dificultades: Nerón.

Y así, paso a paso, apreciamos que el 666 no es un número que tenga que estar necesariamente vinculado a Mondex, ni al micro chip (más allá de su codificación); que la "marca" no es el único elemento que identificaría a los adoradores de la bestia; podemos especular, incluso, que si a alguien se le ocurriera trabajar (en reemplazo del micro chip) sobre cargar todos nuestros datos personales basándose en nuestras huellas digitales o el iris de nuestros ojos, toda esta especulación teórica se iría de bruces.

No es fácil saber el futuro.

Pero podemos estar atentos al desarrollo del presente y comprender nuestra irrenunciable obligación de construir un porvenir digno de nuestros niños, con una Tierra colmada de Verdad y de Justicia para todos sus habitantes.
Ese debiera ser nuestro compromiso fundamental.
DIOS, desde cualquier signo religioso que se elija, nos recuerda constantemente nuestra obligación de respetarnos a nosotros mismos y a nuestros semejantes, de procurar siempre el bien y la justicia.