lunes, 28 de enero de 2013

Vida Escolar

Bueno, después de mucho, pero mucho tiempo de no escribir, heme aquí, dispuesto a hacer otra publicación.
Algo que debo aceptar que me ha "afectado" de alguna manera, es el hecho de que estoy a nada de terminar la carrera de Licenciado en Administración de Empresas. Es algo increíble para mí, ya que la verdad yo me sigo sintiendo como un niño.

Yo inicié la vida escolar en un jardín de niños, que la verdad no recuerdo su nombre. Para el segundo y tercer año de preescolar, cursé éste nivel de educación en el jardín de niños Federico Froebel, haciendo mención honorífica a mi maestra Maribel, quién fue muy buena instructora en esa etapa de mi vida.


La escolaridad primaria la cursé en la Escuela Modelo Enrique Laubscher, a la cual le tengo cariño inmenso, porque tuve bastantes logros en dicha escuela.




Para la secundaria, pasé al modo privado, ya que después del frustrante hecho de no quedar en la Técnica #4, entré a la Secundaria de la UGM. He de mencionar que en días pasados, soñé con mi secundaria, de una manera inaudita, ya que recordé maestros, salones, laboratorios ¡y hasta compañeros de clase!



Para la educación media superior, subí un peldaño en la misma escalera, ya que desde la perspectiva de un niño UGM, escuelas como Cetis, CBTis, CPO o Conalep, lo sentía como un retroceso. (Con todo respeto a los que han cursado su educación en las instituciones mencionadas, jejejejejeje).  La prepa me sentó bastante bien, para salir del anonimato, y empezar a darme a conocer. Atravesé muchos momento difíciles pero con coraje y determinación los he dejado atrás.


La universidad ha sido como una moneda. Tal vez muchos no sepan de mi fracaso en el ITO, pero quiero aclarar que no es que me haya ido tan mal. Sólo reprobé una materia. Pero me frustré porque era matemáticas, y el pensar que tendría que lidiar con eso, y que tal ves me atrasaría, ya no continué.
Regresé al redil. En UGM, realmente he sentido ese apoyo que difícilmente se encuentra en escuelas de gobierno. Y aunque ha costado dinero, esfuerzo y trabajo, puedo decir, que ha valido la pena.

Si Dios lo permite, en próximos meses me estaré recibiendo como licenciado, y empezaré otra etapa en mi vida.