lunes, 12 de abril de 2010

La Música: Mi mejor hobbie!!!

Si bien, uno de los referentes a mí persona (y no lo digo con orgullo), es mi gusto por la música. Les contaré mis orígenes en este campo del arte.

Tenía alrededor de 6 años, cuando se abrieron unas clases de música en mi templo. Mamá me animó. De hecho ambos estabamos tomando clases en el mismo tecladito (uno que me prestó mi primo Uziel). Y ps mamá dejó de acompañarme, y yo seguí solito. Esa navidad (1996), don Juan, yo creo consideró que presentaba cierta respuesta, y me puso en el programa de los niños tocando, como tipo intermedio entre drama y drama. Esa vez interpreté (bien recuerdo) Noche de paz, Al mundo paz y El niño aquel.

De ahí me perdí. Y me refiero a que dejé la música. No recuerdo sinceramente algunas razones precisas del porque lo hice... ¡Pero si recuerdo porque lo retomé! Jajajajaja...

Mi prima Amsi adquirió un teclado y empezó a aprender a tocar. Algo de mí (tal vez orgullo) me movió a no dejarme en un sentido de tipo competencia interior. Y fue que retomé mis prácticas "pianísticas"!!

Al principio me costó trabajo, pero como pude, fue levantando. Mi mamá me metió a una escuela de música, al IRBAO (Instituto Regional de Bellas Artes Orizaba) en 2002. Tenía 12 años y apenas si entré a la categoría infantil. Cursé 2 años, y fue así que empezó mi ministerio en mi iglesia.

Cuatro años más tarde, ocurrirían sucesos que marcaron definitivamente mi vida. Justo una semana antes de mi cumpleaños número 16, contraje varicela. Ya se imaginarán la depresión en que caí. ¡Y todavía tristes Chivas quedan descalificadas en el último minuto del partido de semifinales! Bien que lo recuerdo... Jejejeje... Pero fue cuando me llevé la sorpresa de mi vida. 2 días antes de mi cumpleaños, mi papá me fue a despertar (pues por estar enfermo, lo tomaba como vacaciones, (levantándome a horas muy altas), y me dijo: "Ven, quiero que me des tu opinión de algo". Sólo cuando abrí la puerta de mi cuarto, ví hartas cajas en la sala. Me acerqué, y ví... ¡¡Un piano!!

¡¡No lo podía creer!! ¡¡Eso compensaba todas las desgracias de mi vida (o al menos, hasta las de ese entonces, jajajajaja)!! Y ya se imaginarán. Estando recluído de la sociedad por la enfermedad, las horas que pasé tocando mi nuevo "juguete". Volví a entrar al IRBAO, aunque sólo un año, y es así como hice de ésta disciplina, una pasatiempo muy chido, relajado, e incluso me ha ayudado a servir a Dios. Es por eso que le doy gracias a Él por éste don que me dio.

Disculpen por no escribir en mucho tiempo. Nos vemos después con algún otro tema de mi vida.

2 comentarios:

  1. !Que buenas reseñas! jaja lo admito, me hiciste reir!, por cierto, ¿para cuándo el segundo disco?, ya tienes disquera?

    Saludos!!

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  2. Creo que el Señor siempre y de alguna manera nos enseña la manera en que podemos servirle, nos hace descubrir nuestros dones, y vaya que a ti te ha dado uno muy bueno!!

    Que curiosa historia jaja

    Dios te bendiga Jairo

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